Los diez mandamientos del chófer de lujo…
Los diez mandamientos del chófer de lujo, del buen conductor y de un profesional.
Convertirse y trabajar de chófer de lujo o conductor privado para pasajeros VIP implica mucho más que hacer traslados para ejecutivos, llevar a los novios a la iglesia o hacer un transfer al aeropuerto.
El elemento más importante para un chófer de alto standing es ser capaz de operar con empatía y diligencia. Conducir un coche de lujo es fácil, gestionar personas, tiempos y necesidades es otro nivel.
Hecha esta introducción y completando nuestro anterior artículo titulado «El mejor chófer del mundo», queremos compartir con compañeros y clientes nuestros diez mandamientos del chófer de lujo o decálogo del buen conductor privado:
- Amarás al cliente como a ti mismo…
Es la primera regla y la más importante. El cliente y su satisfacción es tu único objetivo. El servicio que presta un chófer de lujo es el de hacer un poco más feliz a su pasajero. Todo lo demás es secundario. También velarás por su seguridad y le protegerás, ante cualquier imprevisto y siendo prudente y eficiente en todo momento.
- Te valorarás como lo que eres: El mejor profesional.
Levántate por la mañana, mírate al espejo y di: «soy el mejor chófer del mundo». Revisa el planning del día, las horas, las ubicaciones y los trayectos, planifica y asegúrate de que todo esté bien atado.
Somos lo que parecemos y como parece ser que nos encanta nuestro trabajo, demostrémoslo: sonreír es gratis, ayuda a entablar empatía y da una imagen buena de la persona que se va a encargar del traslado.
- Cuidarás tu vehículo como si fuera de la familia.
La habilidad al volante es primordial por la seguridad del pasajero; hacer ciertas maniobras en lugares con mucho tráfico o concurridos como la entrada de un hotel o restaurante, así como otros espacios estrechos, requieren habilidad, y más con coches tan grandes y con tanta potencia como los Mercedes clase S limusina aún más.
Para ello es imprescindible que cuides hasta el último detalle del coche: ruedas, frenos, tapicería, chapa, brillo… Tu coche eres tú, es la imagen de tu empresa y es el 50% de tu servicio. No olvides tener siempre un kit de primeros auxilios, servilletas o toallas de papel, bolsas de basura, refrescos, licores y agua embotellada.
- Te comportarás como dios manda.
La apariencia es una parte sutil, pero crucial del trabajo del chófer del siglo XXI. Con el fin de garantizar la comodidad de un cliente durante su paseo, un conductor privado necesita crear una atmósfera adecuada.
Los chóferes tienen que comportarse de cierta manera: representan la clase, la calidad y la dignidad de un status social. No hay que olvidar la forma en que uno se comporta: las expresiones faciales y el tono de voz son también parte de su apariencia. Un buen chófer debe transmitir confianza y tranquilad, profesionalidad y discreción.
Siempre bien aseado y limpio, elige tu mejor uniforme, unos zapatos de calidad, ajústate la corbata y sal a dar la mejor versión de ti mismo. Solo así podrás llevar como uniforme la mejor de las sonrisas durante todo el día, y solo así podrás demostrar que eres un profesional como la copa de un pino.
- Hablarás idiomas y serás culto.
Sí, es imprescindible saber hablar bien al menos inglés, el idioma más hablado en negocios del mundo. Saber escuchar una orden o necesidad en un momento dado del cliente es fundamental para dar un servicio de alto standing.
Tener cultura o estudios también ayuda a ser mejor profesional y mejor persona, que también es importante en un trabajo dedicado a los demás.
- Estarás siempre alerta.
Otra clave para ser un buen chófer es la atención que presta a sus pasajeros, al entorno y a la carretera, por supuesto. Los chóferes pasan mucho tiempo en la carretera, lo que significa que llegan a conocer bien las áreas y carreteras por las que van a transitar. Pero incluso más allá de eso, un buen chófer privado debe preparar y recorrer una ruta que no conozca con antelación. Al volante llevas un coche potentísimo y grande, y hay que estar con todos los sentidos puestos en la vía.
- Sabrás cuándo y con quién puedes hablar (y con quien no).
Algunos chóferes creen que deben tratar de hablar mucho a sus clientes. Creen que, si se tienen grandes conversaciones, los clientes podrán disfrutar del viaje más. Pero este no es necesariamente el caso. En realidad, hay una línea muy fina entre hablar demasiado y no hablar lo suficiente. Un buen chófer sabe cuándo y con quién debe o no debe hablar, es cuestión de empatía.
Un chófer tienen que aprender a leer sus clientes. Al prestar atención al lenguaje corporal y el estado de ánimo para intuir si lo que buscan es una conversación animada, o un silencio.
- Personalizarás siempre el servicio, y la experiencia.
Tener en cuenta cosas (y recordarlas) como la marca de periódico, de colonia o champán que prefiere un cliente es imprescindible para poder dar una experiencia a futuro personalizada. La próxima que le lleves puedes sorprenderle dejando en la parte trasera su periódico, su café o cualquier detalle que te garantice su satisfacción. Recordar el nombre y caro de un cliente es básico, pero muchas veces se olvida mencionarlo a abrirle la puerta, lo que es imperdonable.
Si hay pasajeros famosos o celebrities a bordo, mejor que mejor, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de ellos tienen preocupaciones especiales de privacidad, están cansados de que les «aborden» en la vía pública y hay que prestar especial atención en cualquier tipo de personalización que se lleve a cabo del servicio. La distancia profesional aquí será un don que habrás de tener.
- Venderás tu tiempo, pero jamás tendrás prisa.
Tu tiempo es muy importante, pero el del cliente y pasajero aún más. Llegar siempre unos minutos antes de la hora de recogida, esperar con calma un retraso o no tener prisa para cerra un servicio son reglas imprescindibles a la hora de ser un buen chófer privado. Ser puntual es una cuestión de actitud, no del tráfico o de la climatología.
Si un servicio se alarga, bienvenido sea, pero no por ello podemos bajar la guardia. Estar atento a los imprevistos o cambios de itinerario es parte del trabajo.
- Serás un chófer auto-crítico, auto-exigente y pro-activo.
Como todo servicio, el servicio de alquiler de coches con conductor puede y debe ser valorado, primero por el cliente, y segundo por ti mismo. ¿Has hecho los itinerarios correctamente? ¿Has sido puntual? ¿Qué ha molestado al cliente? ¿El cliente se merece una buena valoración, y por lo tanto, que atiendas las razones de su queja? ¿Has revisado el kilometraje para poder comparar tiempos y distancias? ¿Has aprendido algo nuevo hoy?
En definitiva, valorarse, valorar al cliente, tener actitud, positividad y la más honesta auto-crítica. Solo analizando a diario nuestro servicio de alquiler de coches con conductor podremos detectar debilidades. Solo siendo creativos y pro-activos en nuestro trabajo podremos mejorar en el servicio y profesión de nuestras vidas.
Equipo chófer de Lujo.